CASTILLO DE SAN SEBASTIÁN

El Castillo de San Sebastián es una fortaleza ubicada en un pequeño islote en uno de los extremos de la Playa de La Caleta. En el lugar donde se asienta el castillo, construido en 1706, se erigió según la tradición clásica el «Faro romano de Gades» (Siglo II d.C.), y antes, en época fenicia, el denominado «Templo de Cronos o Baal Hammon» (Siglo VII a.C.). Con posterioridad, ya en época musulmana, se construyó en este mismo lugar una torre atalaya con funciones de vigilancia.

En 1457 los tripulantes de un barco veneciano a los que se les permitió permanecer en la isla para curarse de la epidemia de peste que asolaba su nave construyeron una Ermita dedicada a San Sebastián.

Con motivo del saqueo anglo-holandés que sufrió Cádiz en 1596, en el año 1613 tuvo que reconstruirse la antigua torre atalaya bajo la dirección de Juan de la Fuente Hurtado, dotándola de artillería y haciendo a su vez los servicios de faro para los navegantes.

Finalmente, y con el propósito de proteger el flanco norte de la ciudad, en 1706 se construyó en este emplazamiento un castillo, que tomó el nombre de San Sebastián por la ermita que existió en el lugar. El castillo, de planta irregular, con nueve lados, contaba con parapetos, cañoneras y dos fosos de agua, e inicialmente se accedía a él mediante puentes levadizos. Un parapeto rodeaba la isla, el cual fue reemplazado en 1860 por una fortificación más consistente. Fue entonces cuando se construyó también el actual malecón que unió la isla con el casco urbano e impidió que el castillo se encontrara aislado durante la pleamar.

En el interior del recinto se levanta el actual faro, erigido sobre los restos de la torre defensiva, una estructura de hierro diseñada por Rafael de la Cerda en 1908.

La original silueta del Castillo de San Sebastián lo ha convertido en escenario de varias películas rodadas en Cádiz, entre ellas una de las más caras del cine español, «Alatriste» (2005), basada en la novela de Arturo Pérez Reverte. Igualmente, Hollywood rodó en él escenas de la película «Muere otro día» (2002), del agente James Bond.

En la actualidad, el Castillo de San Sebastián funciona como espacio expositivo y como lugar de celebración de conciertos y otros eventos lúdicos, siendo desde el 25 de junio de 1985 Bien de Interés Cultural con la Categoría de Monumento.